🌍 Cambio climático + contaminación = más problemas respiratorios
El aumento de las temperaturas, las olas de calor y la creciente polución en las grandes ciudades están teniendo un impacto directo en la salud de la población, particularmente en el sistema respiratorio. Médicos neumonólogos y especialistas en salud ambiental advierten que el cambio climático y la contaminación urbana se han convertido en dos factores que potencian y agravan enfermedades respiratorias preexistentes, como el asma, la EPOC y las alergias.
Más casos y mayor gravedad
Según datos de organismos internacionales de salud, la exposición prolongada a contaminantes como dióxido de nitrógeno, ozono troposférico y partículas finas (PM2.5) aumenta las internaciones por crisis respiratorias, en especial en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. La situación se intensifica durante el verano, cuando las temperaturas extremas y la concentración de gases contaminantes generan “picos” de consultas en guardias hospitalarias.
“Lo que antes veíamos en otoño e invierno por los resfríos estacionales, ahora se repite en verano por la polución y las olas de calor”, explicó un médico neumonólogo consultado. La combinación de smog, humo de incendios forestales y altas temperaturas actúa como un “cóctel nocivo” para las vías respiratorias.
El rol del cambio climático
Los especialistas subrayan que el cambio climático amplifica los riesgos:
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Incrementa la frecuencia e intensidad de incendios, que liberan grandes cantidades de partículas contaminantes.
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Favorece la expansión de pólenes y alérgenos, que agravan las reacciones alérgicas.
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Aumenta la persistencia de olas de calor, que deterioran la calidad del aire y favorecen la formación de ozono a nivel del suelo.
Todo esto contribuye a que los cuadros respiratorios sean más prolongados y complejos de tratar.
Recomendaciones de prevención
Ante este panorama, los especialistas recomiendan:
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Reducir la exposición al aire libre en horas de mayor contaminación (principalmente al mediodía y la tarde).
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Ventilar los ambientes en horarios seguros, preferentemente temprano por la mañana o en la noche.
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Usar barbijo o mascarilla en situaciones de alta polución o presencia de humo.
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Mantener hidratación adecuada y controlar regularmente la salud respiratoria en personas vulnerables.
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Impulsar políticas públicas que promuevan transporte sustentable, energías limpias y reducción de emisiones urbanas.
Un desafío de salud pública
El cambio climático ya no es solo un problema ambiental: también es un desafío de salud pública. Las ciudades, donde se concentra la mayor cantidad de contaminantes, se han transformado en escenarios críticos para quienes padecen enfermedades respiratorias. Frente a esta realidad, la prevención individual y las medidas colectivas aparecen como las herramientas más urgentes para proteger la salud de millones de personas.